La Cultura Tolteca
La Cultura
Tolteca
Muchas de las antiguas civilizaciones de
nuestro país nos heredaron riqueza cultural y parte de su cosmovisión en los
vestigios y ruinas que el 29 de marzo se
conmemora el nacimiento de Tula, aunque no se sepa el año se comprueba que “La
memoria indígena utilizó diversas vías para rescatar su pasado y transmitirlo a
generaciones futuras” (Mito e Historia, pag.249)
La Capital Tolteca, dominante en su lengua nahua y
otomí, conquistaron el norte del altiplano para así pasar a ser una gran
ciudad de más de cuatro siglos de
prosperidad, en donde investigadores como Jorge R. Acosta (1940) han empleado
parte de su vida en la exploración y liberación de los monumentos arqueológicos,
siendo los toltecas representados por las cuatro figuras
llamadas Atlantes, guerreros con atavíos militares y una gran historia que con el paso del tiempo ha salido a la luz.
A nosotros nos sirve más como acervo cultural
o intelectual, saber y aprender de esta gran cultura que hace cientos de años
desapareció del territorio Mexicano, la cual se regía mediante un sistema de
gobierno militar que marco junto a otras culturas, guerras, conquistas,
sacrificios y costumbres en donde parte de su línea de vida en el tiempo se vio
influida pero estas actividades se integran a uno de los cinco medios de transmisión
de mensajes como lo es el Ceremonial.
Esta antigua ciudad se identifica por ser
construida en espacios abiertos, donde se construyó una plaza principal, así
como altares, salas, palacios y arenas para juego de pelota, se cree que la
ciudad contaba con 30 mil habitantes, dentro de los cuales existían jerarquías
tanto políticas, militares y religiosas, así como rangos sociales ya que
existían escultores expertos en cerámica, y arquitectura la cual fue propia de
ellos.
Se creía que la figura de cerámica de tipo
plumbate, color grisáceo y anaranjada llamada cabeza de coyote, vincula una
relación entre Tollan y el Sudeste de Mesoamérica, lo que ha generado a los
estudiosos de la cultura, definir la relación entre Tula y Chichen Itza.
En torno a la zona arqueológica se encuentra
gran variedad botánica, como lo son distintos tipos de biznagas, liendrillas,
viejitos, nopales herreros, garambullo, mezquite, espadines etc.
En cuestión de la fauna se encuentran
variedad de lagartijas, ardillas, cacomiztle, víboras (de cascabel, alicante,
hocico de puerco y coralillo).
En el recorrido se encuentran varias
construcciones, de asentamientos Azteca-Mexica muestra clara de que a los
alrededores del centro ceremonial era donde vivían los habitantes y no
precisamente en el centro.
En el transcurso del recorrido se observaron
varios vestigios arqueológicos con forma de colinas o pequeñas colinas, lugares
donde personas habitaron y por “x” situación se vieron obligados a abandonar
dicho lugar, entonces los efectos de la naturaleza cubren con el paso del
tiempo de gran variedad de flora esos lugares, pero al descubrirse esos sitios
se dejan cubrir de nuevo a propósito, con el fin de conservar ese vestigio e
impedir su desgaste a causa de la lluvia ácida y otros factores.
Por otra parte, en la zona también se
encuentra un monumento histórico, el cual es un albergue hecho para los
arqueólogos que estuvieron investigando al encontrar la zona.
Otro monumento histórico es una Capilla
Abierta conocida malamente como “Capilla de Indios”, lugar donde se hacían
peregrinaciones, con forma de fortaleza pero dicha capilla no tiene techo, el
motivo es que a la llegada de los españoles, la mejor manera de someter a un
pueblo es con la religión, pero los antiguos mexicanos no querían entrar a
adorar a un Dios en un lugar con techo, para esto los frailes franciscanos (la
iglesia) se adaptan a las normas de la gente. De ahí el origen de los atrios
fuera de la iglesia, ya que “Otros medios que sirvieron al propósito de
acumular los cimientos y difundir los valores que se querían inculcar en la
población, eran los códices y los monumentos poblados de glifos”(Mito e
Historia, pag. 254). En el costado de la capilla abierta se encuentran piedras
con signos que los Aztecas incrustaron como forma de revelación y persistencia
de sus dioses y creencias.
También se realizó una visita a la capilla de
San Nicolás de Tolentino, donde se encontró plasmado el códice de florentino
donde representa la llegada de los españoles a Tenochtitlan, así como la
representación del infierno y el cielo. Cuando los estudiantes se dirigieron al
convento, el guía comenzó a narrar los hechos que vivieron los monjes en el convento,
en esa época. Inicio por su cocina donde
los monjes preparaban sus alimentos, así mismo su comedor.
Pasando a la parte inferior donde había
murales de pinturas de santos y algunas caras de Ángeles y pasajes bíblicos que
significaban la representación del alma de una persona cuando muere, estos se
encontraban a los costados y en la parte superior del convento, para aquellos
monjes representaban gran símbolo de sabiduría.
También se observaron las habitaciones de los
monjes la cual solo contenía una ventana pequeña, así mismo la habitación donde
se realizaban las oraciones, ahí estaba letras en romano alrededor de la pared,
también estaba un cristo en una cruz, había murales en la puesta de salida de
la habitación estaba pintado san pedro, esto hacia la representación de las
puertas del cielo.
Otros detalles importantes que se observaron
fue las sillas donde ellos se sentaban, ya se encontraban un poco deterioradas,
se encontraban imágenes de santos en pequeños cuartos. El techo del convento ya
había sido un poco remodelado debido a que en las condiciones que se encontraba
por el transcurso del tiempo y su deterioro.
En estos dos lugares aparentemente distintos
se pudo apreciar la importancia que tuvieron los diferentes medios de
transmisión de un mensaje, tales como: el mito, la pirámide, la estela, el
códice y el ceremonial, entre muchos otros aspectos históricos y culturales que
nos acercan a estos sitios para lograr entender nuestro presente o por lo menos
interpretarlo.
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